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El papel de los supermercados en la gestión de excedentes alimentarios

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Introducción

La gestión del excedente alimentario es un tema cada vez más importante a medida que se hace evidente la necesidad de combatir el hambre y la malnutrición tanto a nivel local como global. En este sentido, los supermercados y otros distribuidores de alimentos juegan un papel crucial en la gestión de estos excedentes, ya que tienen la capacidad de distribuir grandes cantidades de alimentos a través de una amplia red de tiendas. Sin embargo, ¿están haciendo lo suficiente los supermercados para abordar este problema?

El problema del excedente alimentario

El excedente alimentario es el resultado del sistema alimentario actual, caracterizado por el exceso de producción, el desperdicio y la inequidad en la distribución. En todo el mundo, se estima que al menos un tercio de todos los alimentos producidos para consumo humano se pierde o se desperdicia cada año. Esto equivale a unos 1.300 millones de toneladas de alimentos.

Las causas del excedente alimentario

Existen numerosas causas del excedente alimentario, incluyendo las prácticas agrícolas ineficientes, la falta de infraestructura y tecnología para el almacenamiento y transporte de alimentos y el sistema de distribución inadecuado. Además, la demanda inestable de los consumidores y las políticas de los supermercados en relación con la fecha de caducidad y la estética de los productos también contribuyen significativamente al excedente alimentario.

El impacto del excedente alimentario

El excedente alimentario tiene un impacto significativo en el medio ambiente, la economía y la sociedad. Por un lado, la producción innecesaria de alimentos conduce a la emisión de gases de efecto invernadero y al uso excesivo de agua y tierra, lo que agrava la crisis climática. Por otro lado, la eliminación del excedente alimentario también es costosa para los agricultores, los distribuidores y los consumidores, lo que resulta en una pérdida económica de miles de millones de dólares cada año. Además, el excedente alimentario es un desperdicio de recursos vitales que podrían usarse para alimentar a las personas necesitadas y abordar la crisis mundial del hambre y la malnutrición.

El papel de los supermercados

Los supermercados y otros distribuidores de alimentos desempeñan un papel central en la gestión del excedente alimentario. A través de su poder de compra, almacenamiento y distribución, los supermercados podrían contribuir significativamente a reducir el excedente alimentario y canalizar los alimentos no utilizados a los consumidores necesitados.

Políticas y prácticas actuales de los supermercados

A pesar de que algunos supermercados han adoptado ciertas políticas y prácticas para evitar el excedente alimentario, en general, estos esfuerzos son insuficientes. Según un informe de 2018 del Waste and Resources Action Programme (WRAP), el 90% de los supermercados del Reino Unido no están haciendo lo suficiente para abordar el problema del excedente alimentario, lo que indica un problema grave en la industria alimentaria.

Las políticas y prácticas actuales de los supermercados suelen centrarse en la reducción del desperdicio de alimentos en las tiendas y la cadena de suministro. Sin embargo, estas medidas no abordan el problema principal del excedente alimentario, que es la sobreproducción y la distribución inadecuada de los alimentos. Además, los supermercados también fomentan la demanda de alimentos perfecamente estéticos y con fecha de caducidad lejana, lo que aumenta la generación de excedentes alimentarios.

Políticas y prácticas recomendadas para los supermercados

Para abordar adecuadamente el problema del excedente alimentario, es necesario que los supermercados adopten políticas y prácticas más amplias y efectivas. A continuación, se presentan algunas recomendaciones:

  • Establecer objetivos ambiciosos y medibles para reducir el excedente alimentario en la cadena de suministro. Estos objetivos deben centrarse en la reducción de la sobreproducción y la redistribución de los alimentos no utilizados a organizaciones benéficas y consumidores necesitados.
  • Seguir las prácticas de venta de alimentos imperfectos y residuos. Los supermercados deben alentar a los consumidores a comprar estos productos y no desanimarlos con políticas sobre caducidad y estética.
  • Mejorar la colaboración entre los supermercados y las organizaciones benéficas, como bancos de alimentos y comedores sociales. Estas organizaciones requieren una cantidad estable de alimentos para operar de manera efectiva y los supermercados pueden proveerles de forma regular.
  • Considerar la reducción del precio de los productos cerca de su fecha de caducidad para estimular la venta de los alimentos y, por lo tanto, evitar su desperdicio.
  • Etiquetar claramente los productos duraderos, y señalar los que expiran en el corto plazo.

Conclusión

En resumen, los supermercados tienen un papel crucial que desempeñar en la gestión del excedente alimentario. Si bien algunas políticas y prácticas actuales han mejorado la situación, aún hay mucho por hacer para abordar eficazmente el problema. Al adoptar medidas más amplias y efectivas, los supermercados pueden reducir significativamente el excedente alimentario y, en última instancia, ayudar a combatir la crisis mundial del hambre y la malnutrición.