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Cómo la economía circular puede mejorar la eficiencia en la gestión del excedente alimentario

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Introducción

La gestión del excedente alimentario es un problema cada vez más acuciante en nuestra sociedad. Cuando hablamos de excedente alimentario, nos referimos a aquellos alimentos que, por diversas razones, no llegan a ser consumidos y terminan desperdiciados. Según datos de la Comisión Europea, en la Unión Europea se desperdician alrededor de 88 millones de toneladas de alimentos cada año. Este desperdicio no solo supone un enorme coste económico, sino que también tiene un impacto negativo en el medio ambiente y en la sociedad en general.

El problema del excedente alimentario

El excedente alimentario puede tener su origen en diferentes fases de la cadena de suministro alimentaria. En la fase de producción, pueden darse excedentes debido a una mala planificación de las cosechas, a factores climáticos adversos o a una sobreproducción. En la fase de distribución, los excedentes pueden deberse a una sobreproducción o a errores en el cálculo de la demanda. En la fase de consumo, el excedente puede proceder de la venta de productos con una fecha de caducidad cercana o de la no utilización de productos por parte de los consumidores. El desperdicio de alimentos tiene un gran impacto económico. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los costes económicos del desperdicio alimentario ascienden a unos 990.000 millones de dólares al año a nivel mundial. Además, este desperdicio tiene un impacto negativo en el medio ambiente, ya que los alimentos no consumidos terminan en vertederos, donde se generan gases de efecto invernadero y otros contaminantes. Asimismo, el desperdicio de alimentos también tiene un impacto negativo en la sociedad, ya que se trata de un recurso que podría ser utilizado para alimentar a personas necesitadas.

La economía circular como solución al problema

La economía circular se presenta como una solución al problema del excedente alimentario. Esta filosofía de modelo económico pretende eliminar el desperdicio de recursos y fomentar la reutilización y el reciclaje. En el caso concreto de la gestión del excedente alimentario, la economía circular se basa en la idea de que los alimentos no consumidos pueden ser transformados en productos útiles para la sociedad, en lugar de ser simplemente desechados. Una de las estrategias de la economía circular para la gestión del excedente alimentario es la redistribución de alimentos. En lugar de tirar los alimentos no consumidos, se pueden donar a organizaciones benéficas o a bancos de alimentos para su redistribución a personas necesitadas. Esto supone una doble ventaja: por un lado, se evita el desperdicio de alimentos y, por otro lado, se ayuda a las personas necesitadas. Otra estrategia de la economía circular para la gestión del excedente alimentario es la transformación de los alimentos no consumidos en productos útiles. Por ejemplo, se pueden utilizar los excedentes de frutas y verduras para la elaboración de zumos y otros productos procesados. De esta manera, se evita el desperdicio de alimentos y se generan nuevos productos útiles para la sociedad.

Liderazgo empresarial y político

Para que la economía circular tenga éxito en la gestión del excedente alimentario, es necesaria una mayor implicación por parte de las empresas y los políticos. Las empresas pueden adoptar prácticas más sostenibles en la producción y distribución de alimentos, reduciendo así el desperdicio de alimentos. Por otro lado, los políticos pueden establecer medidas y marcos regulatorios que fomenten la economía circular y la gestión sostenible de los recursos. En este sentido, cabe destacar que algunas empresas y países ya están dando grandes pasos en la gestión del excedente alimentario. Algunas empresas han comenzado a utilizar tecnologías avanzadas para mejorar la gestión de la producción y el transporte de alimentos, reduciendo así el desperdicio de alimentos. Por otro lado, algunos países han establecido políticas y leyes para fomentar la donación de alimentos y la gestión sostenible de los recursos.

Conclusiones

En conclusión, la gestión del excedente alimentario es un problema complejo que requiere de soluciones integrales y globales. La economía circular se presenta como una solución prometedora para la gestión sostenible de los recursos y la reducción del desperdicio alimentario. Sin embargo, para que la economía circular tenga éxito en la gestión del excedente alimentario, es necesaria una mayor implicación por parte de las empresas y los políticos, así como una mayor concienciación por parte de los consumidores. Con esta implicación, podemos avanzar hacia un futuro más sostenible y justo.