Uno de los mayores problemas a nivel mundial es el excedente alimentario, es decir, la cantidad de alimentos que se desperdician. De hecho, se estima que alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierden o desperdician. Ello tiene graves consecuencias ambientales, económicas y sociales y, por tanto, se hace necesaria una revisión y mejora de la cadena de distribución y logística.
Antes de abordar la distribución y logística para reducir el excedente alimentario, es necesario entender las causas que llevan a su generación:
La distribución y logística desempeñan un papel fundamental en la reducción del excedente alimentario, ya que permiten que los alimentos lleguen a su destino de manera efectiva y eficiente. Algunas medidas que se pueden implementar son las siguientes:
Para evitar el excedente alimentario, es necesario una planificación cuidadosa de la producción, la distribución y la venta de los alimentos. Es importante tener en cuenta la demanda real y previsible, evitando cualquier tipo de exageración en la producción o distribución de los alimentos.
Es vital contar con un transporte y logística eficientes, que permitan reducir los tiempos de entrega, evitar retrasos, mantener la calidad de los productos y evitar posibles daños. Para ello, es necesario una inversión en tecnología y en formación de los trabajadores para garantizar una gestión y control adecuado de la cadena de suministro.
En muchos casos, los alimentos perecederos se dañan durante el trayecto debido a las condiciones inadecuadas de transporte, malas prácticas de manipulación y almacenaje. Por ello, se hace necesario contar con un sistema de distribución que permita mantener la temperatura adecuada, la higiene, la calidad y el estado óptimo de los alimentos.
Otra medida importante para reducir el excedente alimentario es la innovación en materia de envases y etiquetado. De este modo, se podrían desarrollar envases inteligentes que informen sobre el estado de los productos, etiquetas con códigos de barras que permitan hacer seguimiento y control adecuado de los alimentos, así como formas de etiquetado que hagan que los productos se identifiquen y se vendan con mayor rapidez y facilidad.
Por último, el fomento del consumo responsable por parte de los consumidores es fundamental para reducir el excedente alimentario. Se trata de educar sobre la importancia del consumo responsable, el cuidado del medio ambiente y, en particular, el valor que tiene el alimento como tal. Al concienciar a los consumidores sobre estos aspectos se pueden reducir los niveles de desperdicio.
En definitiva, la distribución y logística juegan un papel crucial en la lucha contra el excedente alimentario. Una planificación adecuada, la inversión en tecnología y formación, la adopción de prácticas más eficientes y la innovación en envases y etiquetado, así como el fomento del consumo responsable, pueden contribuir a reducir significativamente los niveles de desperdicio alimentario.